Ahora es tu turno, busca un espejo y colócalo justo en el borde de una de las imágenes partidas por la mitad. Como yo te muestro.
¿Qué ocurre? Se refleja la mitad que hemos pintado y podemos ver su reflejo dando la sensación de que el dibujo está completo.
¿Quieres seguir experimentando?
Coge una cuchara grande y mirate como si fuera un espejo, pero por la parte honda, con la que cogemos la sopa.
¿Qué ha ocurrido? Cuéntamelo tú 😉
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